El flan casero es uno de los postres predilectos por los argentinos, tanto es así que se venden sobrecitos para su preparación rápida. Sin embargo, la receta artesanal y casera es mucho más sencilla de lo que se cree.
Lo mejor de esta receta clásica es que solo requiere 3 ingredientes básicos de la alacena, como huevos, azúcar y leche. Además, es muy fácil de preparar y eso es lo que lo convierte en el dulce perfecto para cualquier momento.
Historia del flan casero
El nombre "flan" procede de la palabra latina que significa "plano", en referencia a la forma plana y redonda del pastel. Aunque se desconoce el origen exacto del flan casero, es posible que el postre se elaborara por primera vez en el Antiguo Imperio Romano, donde se servía como plato salado, llamado "Laganum". Con el paso de los siglos, pasó de ser un plato salado para el desayuno a incluir azúcar y miel, lo que lo convirtió en un plato dulce.
Desde su creación, la popularidad del flan casero ha crecido en muchos países de todo el mundo y cada país ha añadido sus propios sabores y variaciones. A España se le atribuye el perfeccionamiento de la receta y la adición de su famosa cobertura de caramelo.

Ingredientes del flan casero
- 6 Huevos grandes de granja u 8 huevos, si son más pequeños.
- 1 litro de leche, puede ser entera o descremada.
- 1 taza de azúcar para preparación y un poco más para el caramelo.
Consejos para un flan casero perfecto
Aunque hacer flan casero es bastante sencillo, hay algunos consejos y trucos que pueden ayudar a garantizar un resultado perfecto en todo momento.
- Utiliza ingredientes de buena calidad: la calidad de los ingredientes desempeña un papel clave en el resultado final. Utilizá ingredientes frescos y de alta calidad para obtener los mejores resultados.
- El tiempo lo es todo: el flan casero debe cocinarse a fuego lento y dejarse enfriar antes de servir. Por lo tanto, es importante programar todo correctamente, para que el flan quede perfectamente cocinado.
- Cocinar a baño maría. Esto es clave, ya que sino el huevo se coagula rápidamente y pierde su textura cremosa.

Instrucciones para el Flan Casero
Paso 1
Comenzá haciendo la cobertura de caramelo; en una sartén pequeña, poné a cocinar media taza de azúcar blanco a fuego lento para evitar que el azúcar se queme. Una vez derretido, vertelo en el molde o fuente de horno cubriendo todos los bordes. Dejá que el caramelo se enfríe y endurezca.
Paso 2
En un bol grande, batí los huevos, luego agregale el azúcar y, por último, la leche. Utilizá un batidor de varillas para incorporar aire a la preparación y conseguir una textura ligera y aireada. Si te gusta, también podés agregarle un chorrito de esencia de vainilla.
Paso 3
Verté la mezcla en la fuente de horno o molde acaramelado. Cubrí la fuente con papel de aluminio, si no te gusta que se forme una costra crocante arriba; si te gusta, dejalo sin cubrir. Colocala en un molde más grande que deberás llenar con agua caliente hasta que llegue a más de la mitad de los lados del molde. Cocinalo en un horno bajo precalentado a 170°C, de 45 a 60 minutos.
Paso 4
Una vez que el flan casero haya terminado de hornearse, sacalo del horno y dejá que se enfríe por completo, si es de un día para el otro mejor. Una vez frío, pasá un cuchillo por los bordes para separarlo de las paredes del molde. Colocá un plato o fuente sobre el molde y luego dalo vuelta rápidamente.
Queda riquísimo con crema o dulce de leche.
Paso 5
Sirve el flan casero frío o a temperatura ambiente. Queda delicioso con dulce de leche o crema batida. ¡Imbatible!